Este fin de semana hemos clausurado los 75 años de presencia Adoratriz en nuestra ciudad.
El viernes celebramos una solemne eucaristía presidida por el Vicario Episcopal D. José Abellán, acompañado por Don Pedro Osete, sacerdote diocesano, y el padre franciscano Emilio Martínez, ambos colaboradores del centro en la Pastoral Sacramental.
Una celebración de acción de gracias en la que recordamos una historia que comenzó hace 75 años en nuestra ciudad, el de una mujer valiente que se atrevió a unir su voluntad a la de Cristo, con el convencimiento de que “es un consuelo dedicar todos los instantes de la vida a salvar jóvenes”.
Santa María Micaela fue modelo, inspiración y protectora de las Religiosas Adoratrices que pusieron en Cartagena los cimientos de esta gran obra: un hogar, un colegio, una familia…
Hasta hoy, tres cuartos de siglo después, se vuelve una y otra vez al centro del corazón de esa gran mujer: Jesús Eucaristía, para poder desde ahí salir al encuentro de cada niño y cada joven y enseñarles donde está la verdad, la belleza y el bien.
Con sentimiento de acción de gracias, celebramos esta Eucaristía en la que el Señor Vicario ensalzó el carisma de la fundadora y la valentía de aquellas mujeres que en una época de reconstrucción de todo en España, estamos hablando de 1942, también era necesaria una “reconstrucción “ espiritual y ellas traen a Cartagena su carisma: Adorar y Liberar. La adoración, algo fundamental para el cristiano y que el Papa Francisco ha pedido que no se abandone, es lo que daba fuerza a Santa María Micaela para afrontar los retos y lo que transmitió a las Hermanas…
Una celebración realzada por la intervención del Coro en la liturgia que la hizo a la vez solemne y entrañable.
Os dejamos unas imágenes de la celebración